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miércoles, 1 de julio de 2009

El espíritu avaro


Controló su nerviosismo, y así, más tranquilo, bajó las escaleras y siguió haciendo sus anotaciones. Pero volvió a escuchar esos ruidos en la parte de arriba… (Esta historia es real, le pasó a un tío mío).


En distintas partes de la habitación, cómo si se estuviera paseando, así que tomo fuerza y decidido subió con la madera, pero cuando iba a llegar a la parte de arriba, observó cómo el cuarto dónde estaban las cajas amontonadas, salió una sombra flotante, con forma de humano pero sin pies, se aproximo a toda velocidad hacía dónde él estaba.


Se asustó, soltó la madera que llevaba en sus manos y salió corriendo de la casa, no quiso volver la vista, sólo corrió. En el patio de entrada, lleno de nervios, asimilo que lo que había visto no era humano. Fumo varios cigarros, caminando hacia la casa de la dueña de esa casa que había rentado. Explicó lo sucedido a la casera, y ésta no le creyó ni un ápice. Al contrario, se burló de él por creer en fantasmas.


La dueña lo tranquilizó al final, dijo que dejara las anotaciones del inventario de esa casa, y que al día siguiente ella enviaría a su propio hijo a terminar.


Días después, la dueña mando llamar a aquel hombre urgentemente, le solicitó que le volviera a relatar lo acontecido aquella noche, el rostro de la mujer era de angustia, reveló que a su hijo le había ocurrido algo similar en la misma casa. Asustada decidió clausurar la vivienda hasta que un cura fuera a bendecirla.


La señora jamás volvió a llamar al encargado de los inventarios, nunca se supo más de ella. Los vecinos de la casa clausurada, aseguran que hace muchos años, ahí vivió una anciana que guardaba con recelo sus pertenencias, incluso su dinero lo guardaba en escondrijos de la vivienda; su avaricia le hacía dudar de todos, hasta que una noche fue su cuerpo encontrado sin vida y en estado de putrefacción por algunos vecinos que no soportaban los olores nauseabundos. Se cree que su espíritu aún ronda con la finalidad de custodiar la cosas viejas que aún yacen en esa abandona casa.


Enviado por: José Bars (Venezuela)

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