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viernes, 23 de abril de 2010

Amante de turno


La noche anterior había sido noche de fiesta y el mayor recuerdo que tenía era un dolor insoportable de cabeza, gracias a la cantidad de alcohol ingerida.
No recordaba nada mas que botellas de cerveza vacias sobre la mesa del bar y muchos, muchos chicos lindos. Recordaba tambien a sus amigas riendo y bebiendo. Se recordaba a si misma hablando con gente desconocida.
Era su casa, lo sabía, al costado de su cama se encontraba tirado un joven bien parecido, que no pasaría los veintiocho años de edad.
Noche de fiesta penso Micaela mientras se levantaba en cunclillas, esquivando al inmovil amante de turno.
No recordaba como fue que los dos estaban en su casa, siendo que ella siempre terminaba en la casa de ellos. No se preocupó mucho por eso y decidió ir a buscar una aspirina por el dolor. La cabeza la estaba matando.
Debió de haber sido una noche como ninguna para que él terminara así como desmayado.
Micaela era una buena chica de veintitres años de edad que estudiaba para ser abogada, los dias de semana los pasaba con sus padres, reservando los fines de semanas para salir con amigas y buscar pretendientes.
Ella nunca duró mas de una noche con alguien, excepto por su ex novio, del cual no sabía nada desde hacia años.
La cabeza le seguía doliendo demasiado. Decidió tomar un baño sin despertar a su compañero, para ver si así lograba despertarse y quitarse ese horrendo dolor de cabeza.
Se quitó la bata de baño, entro en la ducha, abrió la llave del agua y en el momento que el agua comenzo a recorrer su cabeza y a recorrer el camino hacia el desagüe Micaela vio que ese camino tambien era recorrido por sangre, que no podía ser mas que la suya.
Al principio se espanto, luego penso en la posibilidad de estar en "esos dias", pero se contradijo de inmediato porque no podía ser posible. La semana pasada se le había retirado.
Se preocupó y comenzó a buscar la herida de la cual salía tanta sangre. Al no descubrir nada del cuello para abajo, tocó su cabeza y allí estaba.
La fuente de su tremendo dolor de cabeza no era la resaca, tenía un gran golpe en la parte posterior del cráneo.
Su mirada se dirigió de inmediato hacia su habitacion, el bello durmiente se encontraba en el piso, tal como ella lo había dejado.
Penso en salir del baño e ir a pedir ayuda.
Primero saco el pie derecho, luego el izquierdo, cuando dirigía su mano derecha hacia la bata de baño que estaba colgada a un lado de la duha, no la encontró en su lugar.
Su corazón comenzó a latir tan fuertemente que casi se podía oir el ruido desesperado que producía desde un pecho tan cerrado por el miedo que ella casi no podía respirar, ella la había usado segundos antes de entrar a bañarse y la había colocado exactamente en ese lugar. No podía moverse.
Seguia en la misma posicion que hace unos instantes. Se encontraba desnuda, sobre la alfombra de baño que su madre le había regalado especialmente para que no se mate al intentar salir de la ducha, su mano derecha aún seguía extendida hacía el lugar donde debería estar su bata de baño, que ahora se encontraba en manos del bello durmiente.
Al verlo parado en la puerta de la habitacion sus ojos se abrieron casi hasta el punto que sus parpados desaparecían detras de sus ojos marrones. Todos sus musculos se endurecienron y sus articulaciones ya no quisieron responderle.
El hombre la tranquilizo explicandole que todo estaría bien, que no tenía que tener miedo. El la ayudo a ponerse la bata, luego la sujetó por los hombros, la condujo hasta una silla ubicada en el centro de la sala, la ató con unos cinturones y le tapó la boca con cinta adhesiva ancha.
Micaela rezaba mientras aquel loco le hablaba y le contaba la historia de su vida.
Le contó que su madre era igual que ella, que todos los fines de semana se acostaba con alguien diferente y que en su ultima aventura había quedado embarazada de él.
Toda su vida recibio el maltrato de su madre, una madre joven que tuvo que renunciar a una vida de libertad y fiestas para criar a un hijo no deseado.
La madre había muerto hacia un año y desde entonces él decidió que nunca más existiría un bebe no deseado y maltratado por su madre.
Le explicó que si ella le hubiera respondido "no" esa noche el se habría retirado sin problemas y que ahora se encontraba en esa situación por ser una chica facil.
Micaela lloraba y trataba de gritar pero la cinta que tenía le impedía emitir algún sonido que se pudiera escuchar desde la puerta de entrada.
No sufrió mucho, él la mató de un solo golpe. Tomo un cuhillo de la cocina y de un simple movimiento de codo termino con la vida de otra chica facil, como lo hacía desde hace un año.
A Micaela la encontró su madre al día siguiente, recostada en la bañera con agua fría y hielo.
En su frente se podía leer un cartel que decia: "CHICA FACIL"
Nunca encontraron al asesino de chicas faciles que acechaba los bares en busca de mas chicas como Micaela, como su mamá.


Fuente: Pasar Miedo

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